domingo, 24 de julio de 2011

Mi despertar





Cuando me despierto... Me gusta quedarme un rato mirando al techo.
Me gusta ver como los rayos del sol dibujan líneas o puntos, al pasar por los postigos.
Me gusta girarme lentamente, siendo consciente de mis músculos y de mi cuerpo entumecido a medida que me voy desperezando.
A veces... Miro mi mano; Mis dedos a poca distancia de mis ojos y los muevo lentamente. Veo las finísimas líneas que recubren su piel y como algunas se hacen más acentuadas al doblarlos.
Me rozo mis dedos sintiendo mi propia piel y cómo esa sensación recorre mi mano, en dirección a mi cerebro.
Casi siento cómo va avanzando. Porque lo hago lentamente. Muy lentamente recreándome en el movimiento. Siendo consciente como sólo lo podemos ser a esas horas de la mañana.
Recorro con la uña del dedo gordo la cicatriz de mi dedo índice y aún siento ese cosquilleo extraño en el borde derecho de ella. Como si esas terminaciones nerviosas fallasen aún.
Poco a poco me van llegando los olores y los sonidos.
Como si el cuerpo fuese recuperando poco a poco sus sentidos, y como si estos fuesen llegando de uno en uno.
Los sonidos antes lejanos se hacen más presentes, y los olores llegan sutiles pero nítidos.
Me levanto poco a poco y pongo los pies en el suelo.
Siento un placer indescriptible cuando mis pies tocan el fresco suelo y los muevo buscando su contacto entre los pliegues de mis dedos.
Me pongo en pié y avanzo hasta la ventana.
El sol dibuja extraños dibujos en mi pecho.
Pongo mi mano delante y los dibujos bailan entre ella y la piel de mi pecho. Es una luz amarilla pero que aun no calienta.
Al menos aún no lo suficiente como para notarlo.
Abro los postigos suavemente y la luz del sol me baña.
Puedo ver la blancura extrema de la pared encalada de mi casa, y me llega el olor de las macetas que hay en el patio regadas por el rocío fresco de la mañana.
Los altos pinos se mecen suavemente con la brisa que corre.
La piscina con su agua azul cristalina me lanza guiños de sol al reflejarse en ella.
Veo el monte plagado de olivos en la lejanía.
Un torbellino de olores se mezcla en mi nariz.
Olivo, romero, claveles, hierba mojada, pino y campo.
Casi puedo cerrar los ojos y decir de dónde viene cada olor.
La casa, despierta conmigo.
No os lo sabría explicar pero es algo que noto cada vez que despierto. Como si ella durmiese a la vez que yo lo hago.
Y ahora la noto hinchándose y respirando conmigo, abriendo sus ojos y sus habitaciones a la mañana al igual que yo lo hago.
Mostrando su mejor blanco al sol para que se refleje.
Me apoyo en el alféizar y noto la pared fresca por la capa de cal.
Respiro... Y vivo.

Poco a poco me voy girando sintiendo como el sol ya si calienta mi espalda... Y te veo.

Duermes de costado en la cama, con tu cabello moreno al rededor de tu cabeza.
Te sigues resistiendo a abrir los ojos a pesar de la luz que inunda la habitación.
El sol al abrir los postigos recorre tu piel desnuda.
Extiendo mi mano y la sombra de ella aparece en tu cuerpo.
Y entonces... Suavemente empiezo a mover la mano y mover mis dedos como si te acariciase recorriendo la línea de tu cintura y tus caderas.

Bailo un buen rato por tu cuerpo, hasta que tú... Abres los ojos y me miras.
Sonríes y abres tus brazos extendiéndolos hacia mí.

Avanzo hacia ti sintiendo en mis pies la aspereza del suelo, en mis manos la suavidad de tu piel y en mis labios la carnosidad de los tuyos.

Fuera el sol sigue ascendiendo y la casa despertando poco a poco a la vida.

domingo, 3 de julio de 2011

Simplemente... un comentario.

"Sabe, oh príncipe, que entre los años en que los océanos anegaron Atlantis y las resplandecientes ciudades, y los años de aparición de los hijos de Aryas, hubo una edad no soñada en la que brillantes reinos ocuparon la tierra como el manto azul entre las estrellas:....

Y en ese reino apareciste tú.



Esa entrada a los comics de Conan me ha acompañado toda mi vida, y durante muchas noches y dias la recitaba mentalmente para mí, y simplemente haciéndolo, me transportaba a ese mundo de fantasía.

Lo mismo que la frase me ha acompañado... estoy orgulloso de que tú Luna lo hagas.

un beso.