domingo, 30 de agosto de 2009

El conductor IV




El Mazda es un puto horno cuando bajo de él.
El polvo que he levantado se va asentando poco a poco.
Saco mi trapo y me limpio el cuello y la cabeza mientras observo la casa. El jodido grillo parece que quiere reventarse frotándose las alitas el muy cabrón.
Miro hacia arriba y allí lo veo. En todo lo alto. Grande, muy grande. El puto sol de mierda que me acompaña en todo este viaje al infierno.
Me quito la camisa completamente sudada y la dejo sobre el coche. Con el trapo me limpio las axilas y el pecho.
Avanzo hacia la casa arrastrando los pies.
Me paro un momento para coger una pala que hay apoyada sobre la barandilla. Subo las escaleras y me planto en la entrada.
Me quito las gafas y las limpio con el trapo.
Joder que mierda, esta tan mojado que las ensucia más.
Me las guardo en el bolsillo y echándome el sucio y mojado pelo hacia atrás, toco el timbre.
La peor de mis sonrisas se muestra en mi cara.
Oigo pasos que se acercan, y la puerta se abre dejando ver la cara de un viejecito.
Le golpeo con todas mis fuerzas en esa vieja cara de mierda con la pala.
Cae hacia atrás cayendo de bruces contra el suelo.
Entro al frescor de la entrada y me quedo parado un segundo.
El no sentir el puto sol en mi cabeza... es una sensación increíble.
Pero los gritos de la vieja me sacan de mi letargo y echándole una mirada rápida al viejo inconsciente que sangra por la nariz, me voy hacia ella.
Intenta salir por la puerta de atrás, pero la alcanzo golpeándole la espalda con la pala.
Hace un ruido seco y sordo.
La vieja se cae al suelo chillando como un cerdo el día de su muerte.
Me está dando dolor de cabeza la muy cabrona.
Me saco mi trapo y me lo paso por la cara.
- O te callas o te reviento la cabeza como a tu marido
La muy puta calla inmediatamente aunque resopla y me mira con los ojos abiertos.
Me agacho con la pala bien cerca de su cara.
- Donde está.
La vieja lanza miradas furtivas a su marido en el suelo
- No se va a levantar tranquila. Y si no me lo dices pronto le voy a estar dando con esta pala hasta que sus sesos te lleguen hasta aquí.
Se lleva la mano a la boca para ahogar un grito
Dios que asco me da todo esto. Sólo quiero irme pronto y encontrarla de una puta vez.
- Ultima vez. Donde está.
Me levanto y en dos zancadas llego hasta el viejo y levanto la pala por encima de mi cabeza.
- ¡En el pueblo!
La miro. Ando lentamente hacia ella. Parece sincera.
Le golpeo con mi puño la mandíbula y cae al suelo inconsciente. Me dará el tiempo necesario para que la puta policia no ande detrás de mí.
Saco mis gafas y las limpio en el delantal de la vieja.
Me las coloco y sonrío.
Salgo al puto sol y me arrasco la barba que me pica horrores.
Cojo mi camisa y me la vuelvo a poner.
Ya casi te tengo, pienso mientras me meto en el coche. Giro la llave de contacto y Leonard susurra que el mundo está echo para amar.
Eso mismo pienso yo.
Eso mismo.

sábado, 22 de agosto de 2009

No hables

 

Hubiese deseado este día y no el que he tenido”

 

- No hables.
Ella lo hizo. Guardar silencio.
Él, le miraba el pelo, negro como la noche y ondulado como las olas del mar. Y por él sus dedos navegaban perdiéndose en su inmensidad y aflorando de vez en cuando como sirenas curiosas que emergieran a observar.
Sus ojos almendrados le miraban brillantes y con la mirada fija en los suyos.
Su respiración se aceleró cuando él entró en ella.
Lanzó un gemido ahogado recordando su mandato.
Y su placer murió ahogado en sus labios abiertos y sus ojos entrecerrados.
El le cogió la cabeza con ambas manos y se dejó caer sobre ella sintiendo la piel desnuda y el volumen de sus pechos.
Y allí, pegado completamente a ella, sintiendo cómo con su respiración el torso de ella se pegaba al milímetro al de él; Sintiendo el aliento caliente de la boca de ella en su propia boca, mirándola a los ojos directamente le volvió a decir..
- No hables.
Y ella sintió las convulsiones de él, unidas a las suyas propias.
Los ojos de ella, húmedos de placer, le miraban hipnotizados.
Él, apretando más la cabeza de ella, le besó en los labios entreabiertos, bebiéndose la vida de ella.
Y temblando los dos rodaron abrazados, sin separarse un centímetro el uno del otro, como temiendo perderlo.
No hubo palabras.
Sólo amor y sexo.
Sólo amor en silencio.



MIRA EN LOS OJOS DE LOS OTROS, MUCHAS FRUSTRACIONES
LEE ENTRE LÍNEAS, NO PALABRAS SOLO VIBRACIONES
NO IGNORES DESEOS OCULTOS
PON ATENCIÓN, ESTÁS JUGANDO CON FUEGO

EL SILENCIO DEBE SER OÍDO,
EL RUIDO DEBERÍA SER OBSERVADO
HA LLEGADO EL TIEMPO DE APRENDER, ESE SILENCIO...
EL SILENCIO DEBE SER OIDO,
O LOS DIAMANTES ARDERÁN,
LAS CARTAS FAVORABLES SE DARÁN LA VUELTA
PORQUE EL SILENCIO TIENE EL DERECHO DE SER OÍDO

LA GENTE HABLA DEMASIADO
PARA LO QUE TIENE QUE DECIR
LAS PALABRAS SIN SIGNIFICADO, SOLO DESAPARECEN

EL SILENCIO DEBE SER OÍDO,
EL RUIDO DEBERÍA SER OBSERVADO
HA LLEGADO EL TIEMPO DE APRENDER, ESE SILENCIO...
EL SILENCIO DEBE SER OIDO,
O LOS DIAMANTES ARDERÁN,
LAS CARTAS FAVORABLES SE DARÁN LA VUELTA
PORQUE EL SILENCIO TIENE EL DERECHO DE SER OÍDO.

viernes, 14 de agosto de 2009

El aroma del café

Leedlo mientras escucháis esta música.






- ¿Tú crees en Dios?
Ella dejó la cafetera en la mesa y lo miró extrañado. Se sirvió un poco de café y la dejó al lado de él para que hiciese lo mismo.
Pensó durante unos instantes la respuesta.
- Nunca me lo habías preguntado. ¿Porqué ahora?
Los ojos caoba de él le miraban interrogantes.
El café humeaba y llenaba la habitación con su aroma.
- No sé. Estos dias ando dandole vueltas. -Dijo mientras bebía un pequeño sorbo.
- Ya, pero por algo será, ¿no?
El permaneció en silencio mirando su taza.
Ella le miró a los ojos mientras se recostaba en su sillón.- ¿Quizás temas su castigo? -. Preguntó.
El levantó la cabeza sorprendido.
-¿Castigo?, ¡qué tontería!, ¿porqué habría de temer su castigo?
Ella guardó silencio. El humo del café le inundaba los sentidos cuando bebía. Cerró los ojos y lo paladeó lentamente.
Sólo se oía el crujir del sillón de él cuando cambiaba de postura.
Ella permanecía en silencio y con los ojos cerrados.
- Ya te digo... Sólo era una pregunta.
Entonces habló.
- ¿Sabes lo que decía Lope de Vega en una de sus poesías?
Silencio. El silencio sólo era roto por el ruido del reloj y el latir de sus corazones cada vez más rapido.
- Decía ... "Que por amarme a mí dejé de amaros".
De nuevo el silencio los cubrió con su espesa manta.
Ella continuaba con los ojos cerrados y su cabeza recostada sobre el respaldo.
- ¿Hay otra?
Se oyó la taza de él al dejarla sobre el plato.
- No.
- No te preocupes -. Dijo ella entre susurros. -Yo también dejé de amarte hace tiempo.
- Y... ¿Porqué seguimos juntos? - Su pregunta parecía sincera.
Ella abrió los ojos. Sus ojos estaban húmedos. Eran grandes y rasgados. Un mechón de pelo le caía sobre ellos haciéndola aún mas bella.
- Porque te quiero.
El se dejó caer sobre el sillón y sus ojos miraron los de ella.
También estaban húmedos.
- Yo también te quiero.
Los dos se miraron durante un eterno instante y se hablaron como sólo ellos se sabían hablar.
Ella sonrió levemente y dijo .-¿Sabes qué decía también Lope?.- Decía "Muere la vida y vivo yo sin vida".
El corazón de el dió un vuelco. Le fascinaba la capacidad y la inteligencia de ella.
La cabeza de él cayó sobre su pecho.
- Es eso, sin ti no soy nadie. Me muero.
Ella sollozó un poco más sin disimular.
- Es eso... yo también te quiero.

sábado, 1 de agosto de 2009

Confesiones.




Mis vacaciones la verdad que no paran de darme sorpresas.
Estos dias estoy intenando volver a hablar con mi madre en un tono normal jeje.
Ultimamente andaba un poco estresado y parecíamos un matrimonio a disgusto jajaja.
Y de aquí a dos semanas hablo con ella normalmente y la escucho. Y habla mucho, ¡eh!
Pero bueno.
Mi madre quedó viuda muy joven. Yo apenas tengo como tres o cuatro recuerdos de mi padre y evidentemente todos buenos. Yo tendría como cinco años o asi cuando murió.
Pero esta mañana he tenido una conversacion en la que ella me ha contado cosas que jamás me había contado. Jamás.
Y bueno... qué os puedo decir.
Siempre he despreciado a los borrachos, y no sabía muy bien porqué.
Esa es una buena pista... porque lo demás prefiero callarlo por respeto a mi madre.
En fin, el hombre ya murió y supongo que pagó su pena porque los últimos años de su vida no fueron agradables.
Pero hoy me hubiera gustado tenerlo enfrente para pegarle un buen puñetazo.
Sí... como lo oís. Y quien me conoce sabe que no soy un hombre violento. Al contrario.
Pero la rabia esta mañana me invadía.
La verdad que hoy he dado gracias a sacar el carácter de mi madre. Es decir mi forma de ser y de actuar. Su alegría y sus ganas de vivir y de pasarlo bien a costa de todo.
Claro que también tengo rasgos, (sobre todo la forma de reir) de mi padre.
Pero incluso en el caracter dicen que me parezco más a mi abuelo.
Cuando mi madre buscó ayuda... no encontró a nadie. Ni su propia familia, amigos, nadie.
Según sus palabras la gente es muy egoista y todos vivian de puertas adentro. Lo que pasara fuera de ellas no le importaba a nadie. Y claro... todo el mundo se desentendió. Y mi madre se vió sola y tuvo que tirar adelante.
Eso sí, cuando se quiso venir a Granada todo el mundo se echó las manos a la cabeza porque dónde iba una mujer sola con tres crios. (Eso sí, su maldito egoismo no les impidió pedirle ayuda a mi madre cuando vendió la casa y pudo conseguir dinero)
Y ahora como dice ella, todo son palmaditas en la espalda cuando llega al pueblo y todo el mundo le dice... ¡Qué valiente fuiste!
Hipócritas de mierda.
Claro.... ahora sí. Ahora. ¿Dónde estaba toda esa gente cuando mi madre los necesitó?
Hay que estar en el momento, ¿para qué quiere ahora las alabanzas?
En fin. Me siento orgulloso de ser como soy porque es la educación que me ha dado.
Creo que se puede resumir en "ser buena gente".
Seguiré dándolo todo por la gente que me importa y que quiero. Porque me han parido así y así me lo han enseñado e inculcado desde pequeñito.

Mi madre ha dado literalmente la vida por sus hijos. Dejó la suya de lado, su propia felicidad para darnos unos estudios y una esperanza.

Quizás por eso cada gesto nuestro hacia ella... en fin.

No quiero enrollarme más. Sólo quería rendir un pequeño homenaje a ella por medio de esta entrada.
Espero seguir dándole mucho porque ella me ha dado todo.

Creo que jamás lo he dicho.

Pero te quiero mucho, madre.