martes, 22 de febrero de 2011

Noche de estrellas





- ¿Sabes?, supongo que hay un principio y un final en todo.
Ella giró su cabeza hacia él y preguntó.
-¿Qué quieres decir?
- Mira por ejemplo... algunas de esas estrellas que estamos viendo ya ni existen. - Dijo él señalando el inmenso cielo que los cubría. - Y sin embargo es tal su distancia de nosotros que aún nos sigue llegando su luz. Estamos simplemente observando algo que en otro punto... Dejó de existir.
Ella empezó a preocuparse y se acurrucó junto a él. Sintió un escalofrío, no sabía muy bien si por el frío de la noche o por sus palabras.
El le devolvió su abrazo mientras seguía mirando el cielo estrellado.
- Es como si todo tuviese un camino, un recorrido, un inicio y una meta.
Ella cerró los ojos y apretó su cabeza contra el pecho de él.
-Nuestra propia vida. Nacemos, crecemos, nos reproducimos... envejecemos, y finalmente morimos.
Definitivamente no le estaba gustando la conversación. Sus labios empezaron a temblar levemente.
- Hay veces que parece que nada tiene sentido... Que estamos de paso, que todo es una farsa, un hacer por hacer, un vivir día a día, un llegar a la meta y cumplir con los objetivos...
Se abrazó más a él, como si fuera la última vez, la última vez que sintiera su cuerpo, que oliera su perfume, que sintiera el calor de su piel, que oyera su voz.

-A veces... Me pierdo. Te juro que me pierdo con la propia vida. Es como si te dieras cuenta de lo grande que es todo, y lo pequeño que eres tú, y lo poco que importa lo que hagas.

Una lágrima furtiva caýo por la mejilla de ella.

- Y sin embargo... Otras siento que como esa estrella que ha muerto.
Que en su camino, si mira atrás ve que no hay nada, pero sin embargo si mira hacia adelante, vé otras miles como ella, y un basto y enorme camino que recorrer.

El, la abrazó con mas fuerza mientras besaba su cabello.

- Tú eres mi principio y fin, porque en tí empiezo y acabo, es decir...
Ella sorprendida le miraba con los ojos húmedos.
- Que mi camino es el tuyo, y si miramos delante nuestro, nos queda mucho...
-Y...
Tragó saliva para deshacer el nudo que se le había formado.
- Quiero hacerlo contigo, caminar contigo, hacerlo juntos hasta el final.
La boca de ella estaba levemente entreabierta por la sorpresa
- Te quiero y ya no sé como decirtelo... Lo importante que eres para mí y lo que significas.
Los ojos de ella ya estaban mojados en lágrimas.
El estaba colorado mirándola algo nervioso.
- Quiero vivir contigo el resto de mis días. Hasta que mi estrella se apague.
Ella lo abrazó con muchísima fuerza mojando la camisa de él con sus lágrimas de felicidad.
- Y bueno, si puede ser... Reproducirnos claro.
La carcajada de ella resonó en la playa solitaria. Le golpeó el pecho con un puño mientras decía.
- Claroooo. Tú lo que quieres es eso, ¡reproducirte!
Lo amaba porque era así, cuando menos te lo esperabas te hacia reir con sus chorradas o meteduras de pata.
El sonriendo matizó.- Umm me refiero a tener un hijo estrella mía, jajaja.

Los dos rieron con fuerza y se besaron.

Arriba en el cielo, millones de estrellas, continuaban brillando en la oscuridad de la noche.