lunes, 8 de diciembre de 2008

Silencio II

En ocasiones uno hace cosas de las que no se siente especialmente orgulloso.
El domingo hice algo, y sinceramente... me está carcomiendo por dentro de una manera tan brutal que es como si un virus me estuviese comiendo las tripas.
Sólo espero que sirva para algo. Supongo que sí, que ha servido o estará sirviendo.
Pero ya digo, el simple hecho de haber sido capaz... me hace sentir mal. Porque rompí uno de mis principios. Y aunque no lo parezca... no lo hice para joder. Tú lo sabes.
Supongo que como he dicho a un amigo he tocado fondo en ese aspecto. Perdonadme por ser tan críptico, pero no puedo dar mas datos.
Ahora quiero y reclamo lo que decía en mi anterior entrada. Silencio. Que cada uno piense y obre en consecuencia.
Pero necesito ese silencio.
Doy mi vida por mis amigos, y vosotros lo sabéis. Y podría decir que es algo casi literal.
Pero por favor sed consecuentes con vuestros aptos y que por favor vuestras obras y palabras vayan cogidas de la mano.
Yo estoy aqui, y estaré siempre. Porque no sé hacer otra cosa. Así nací y así moriré.
Por suerte o desgacia ni puedo ni quiero vivir sin vosotros.
Asi que no queda otra cosa que caminar.
Eso sí, siempre hacia adelante.

2 comentarios:

AdR dijo...

Pues lo que hay entre tu nacimiento y tu partida, incluso los defectos... es tu vida y eres tú, así que nunca está mal sentarse encima de este silencio que has creado.

Abrazos

sueño dijo...

Tienes toda la razón. Somo lo que vivimos día a día. Y cada día, aunque parezca que no... tenemos la capacidad para cambiar cosas.
Un abrazo.