Corazones desbocados
miradas furtivas y lágrimas derramadas
cuerpos que se abrazan en la oscuridad de la noche
Un te quiero lanzo al aire y es recogido por la luna blanca
las nubes tapan las estrellas y me ciegan mi alma
lloro rompiendome la vida en cada sollozo
quebrándome de dolor en cada llanto,
porque te veo marchar y no puedo hacer nada
salvo odiarme por quererte.
La brisa me trae tu llando y tu beso
y tu mirada hacia atrás, desvela tus mejillas húmedas
tu pelo alborotado, tus ojos almendrados.
Y no puedo hacer nada salvo odiarme,
me odio por amarte, me odio por no perseguirte,
por acorralarte y atarte a mi corazón a besos.
por atar tus manos con mi esperanza
y vendar tus ojos con mi fe.
Por interrumpir tu camino con mi vida
por callar tu boca con mis sueños
Sueños de no verte marchar nunca.
Pero no puedo hacer... y mi vida se escapa
con cada paso que tú das, alejándome de mí.
Y corro hacia tí, porque la luna me guiña su gran ojo
tapado por la oscura nube del miedo.
Y te agarro y caemos al suelo los dos enredados
en manos, besos, caricias que desnudan nuestra alma.
Y te quiero te digo
Y te amo te respondo
No te vuelvas a alejar de mí,
porque cada paso me aleja de vivir
y si no vivo contigo
muero.
2 comentarios:
Pero a veces ese odio que nos despierta, ese que nace de la fuente del dolor, que rompe llorando , e inunda todo a su paso.
A veces ese odio que nos profesamos por todo aquello que hicimos o que omitimos...
Es la única bandera que quedó en pie en nuestro pecho, que habla de nosotros mismos, de quien fuimos o seríamos.
Sueños que se desgajan por las mejillas, lágrimas de besos que en poesia, acarician el corazón frondoso que anida en las almas.
Un muy gran beso.
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