lunes, 15 de septiembre de 2008

Melancolía

 melancolia

 

Hoy me ha dado un ataque de melancolía.

Sí de esos que te dan cuando te acuerdas de algo que pasó, o te viene una imagen a tu cabeza y esa imagen es lo suficientemente fuerte y poderosa como para que te quedes parado, y la sonrisa se te borre de tu cara.

No es que cualquier tiempo pasado sea mejor, no.

Pero no sé que mecanismo se produce en tu mente para que se formen imágenes tan nítidas y te vengan a tu cabeza sensaciones y  hasta incluso olores.

Y eso es lo que me ha pasado hoy, que la sonrisa se borró de mi cara, y me he quedado paralizado recordando algo. Luego me he tumbado en mi cama y no sé porqué he puesto música de pink floyd y he dejado mi mente divagar por un momento. He cerrado los ojos y las imágenes iban y venían como en una danza maldita dentro de mi cabeza.

Y ya digo, es curioso, recuerdas palabras, gestos, olores, sabores, vestidos, y si te preguntan qué comiste ayer... no te acuerdas.

La verdad que no te puedes dejar llevar mucho, porque la melancolía anda muy cerca de la tristeza. Sus bordes se tocan peligrosamente y a veces sus aristas hacen saltar chispas, y esas chispas amigo mío.... pueden provocar un incendio. Yo sé que tú me entiendes.

Así que me tuve que levantar rápidamente a escribir algo, porque estos días la verdad que me estoy refugiando mucho en escribir. Y bueno... no hace mucha compañía una pantalla en blanco, pero a veces es tu mejor psicólogo. Porque sois tú y ella. Y ese pequeñito cursos que parpadea, como desafiándote a que lo hagas avanzar.

(Me acaba de llamar una amiga de hace años, y la verdad que me ha echo bien, necesitaba hablar. No sé de tonterías... de nada en concreto y en general de todo).

Mi melancolía ha quedado un poco atrás, así que disculpadme si dejo de escribir, porque tengo que correr. Si, si... no os riáis, sé de sobra que es una batalla perdida. Así que lo mejor que puedes hacer es correr y que no te pille.

Venga mañana supongo seguimos, y si no, pasado, no pasa nada. Palabras hay para llenar mil pantallas. Y melancolía a raudales...

Mientras no nos pille o no salten esas chispas...

todo irá medio bien.

Buenas noches.

 

Mira mamá. Hay un aeroplano arriba en el cielo
Oooooooo ooo ooo ooooh
¿Miraste a los asustados?
¿Escuchaste a las bombas caer?
¿Alguna vez te preguntaste
Porqué tuvimos que correr a buscar refugio?
Cuando la promesa de un mundo valiente
Desplegada debajo de un cielo azul claro
Oooooooo ooo ooooo oooh
¿Miraste a los asustados?
¿Escuchaste a las bombas caer?
Las llamas se han ido
Pero el dolor perdura
Adiós cielo azul
Adiós cielo azul
Adiós
Adiós

3 comentarios:

emperatriz dijo...

No deja de perseguirnos la condenada.
Te diría coge mi mano...Y huyamos¡¡¡
Siempre podemos subirnos a mi coche y perdernos en algun paraje en el que la Luna nocturna, nos broncee.
Te quiero tonto melancólico.

pd: Y ya que has cogido el ritmillo? Qué me vas a publicar hoy?? XD

Yo dijo...

Espera, espera, tengo que ponerlo:

Viviiiiiir así es moriiiiir de amooor...
por amor tengo el alma heridaaaa,
por amor no quiero más vida que su vidaaaa
Melancolíaaaaaaa

Viviiiir así es morir de amoooor,
soy mendigo de sus beeesoooos...
soy su amigo y quiero ser algo más que esoooo
Melancolíaaaaaaa


Esta te sonará ¿no? Que esta tiene que ser de tu época... jajajajaja xD

Ea y ahora voy a leer el post. Lo siento, lo siento. Leí el título en voz de Camilo y ya ves... xD

Yo dijo...

Pues sí, gran verdad esa que dices. A mí también me ha pasado. A quién no ¿supongo?... Y ya no sólo cuando eres tú mismo el que viaja al pasado. Sino cuando alguien tiene tal tino de decir algo exactamente igual que en su momento lo dijo otra persona en otro contexto. Y es eso. Te quedas muda y blanca. Y todo vuelve. Como si al pronunciar aquellas palabras hubiesen tirado de un hilito y ¡voilà! ahí estaba todo guardadito. Agazapado. Esperando a que alguien lo sacara a la luz.

Recuerdo un día comiendo con un compañero del trabajo que saqué el móvil para mandar un sms. Como sólo estábamos los dos se quedó aburrido por unos momentos y me dijo: Ah sí, ¿tú te pones con el móvil? Pues yo también, ea.

Y Dios...

De buenas a primeras ya no estaba comiendo con él en la gasolinera, sino en un café de indias con otra persona. Yo había sacado mi móvil y él, había dicho justo lo mismo. Cuando terminé de mandar el sms, me entró otro. Tonta de mi exclamé en voz alta: Anda,¿y ahora quién es?. Cuando abrí el sms tenía un mensaje de mi acompañante ignorado: "No sé si lo sabrás pero estoy tomando café con la niña más guapa". Cuando pude parar de reir, le pedí disculpas y le di un beso...

Lo recuerdo como si fuera ayer... Lo único que atiné a decirle a mi compañero de curro fue: por favor, háblame. Dime algo, no me dejes pensar. Y qué cara no me vería que se puso a contarme chistes... (más malos imposible, pero la intención es lo que cuenta, dicen...)